El Repe Lojano

El Repe es una sopa cremosa preparada con guineos verdes, esta sopa es un plato típico de la provincia de Loja en Ecuador. 


El repe se sirve acompañado con tajadas de aguacate, quesillo o queso, y ají. Al igual que muchos otros platos típicos, hay diferentes variaciones de repe, una de las más conocidas es la deliciosa sopa de arvejas con guineo. También hay una variación de repe que prepara con papas, esa se conoce como repe mestizo.

Primero, cuando pele los guineos es importante pelarlos y cortarlos en agua  o con el grifo abierto para que los guineos no se hagan negros, esto también ayuda a evitar que el liquido meloso no se pegue en las manos. Al agregar el guineo picado al agua, esta siempre tiene que estar hirviendo, lo mejor es agregarlo en porciones y después de cada porción esperar a que empiece a burbujear antes de poner la siguiente porción – se hace esto para evitar que el guineo se oscurezca. La sal tiene que ir siempre al final o cuando los guineos ya estén cocidos, para que no se oscurezcan. 

Receta

Ingredientes

  • 10 guineos verdes (guineo común) picados en cubitos
  • 1/2 libra de arbeja
  • 2 cucharadas de aceite
  • 1 cebolla blanca o cebolla perla, picada en cubitos
  • 2 dientes de ajo, machacados
  • 4 onzas de quesillo, desmenuzado
  • ½ taza de leche o crema de leche
  • 1 manojo de cilantro o culantro, picado finamente, casi ½ taza ya picado
  • 8 tazas de agua
  • Sal al gusto

Preparación

  1. Caliente el aceite en una olla y prepare un refrito con el aceite, el ajo y la cebolla
  2. Agregue las 8 tazas de agua y deje que hierva
  3. Agregue el guineo picado, el agua tiene que estar hirviendo para que el guineo no se oscurezca.
  4. Cocine a temperatura media alta, revolviendo de vez en cuando, hasta que se suavice el guineo, aproximadamente unos 15 a 20 minutos
  5. Aplaste un poco del guineo para que espese
  6. Añada el quesillo desmenuzado, luego la leche, el cilantro y la sal
  7. Retire del fuego y sirva acompañado con tajas de aguacate, quesillo, y ají.

LA MENTA

Mentha piperita

La menta es una hierba refrescante que ayuda a aliviar la inflamación y el dolor. Para calmar los dolores musculares y el dolor de cabeza puedes preparar un bálsamo con sus hojas. También sirve para tratar las náuseas y otros malestares estomacales. Además, su aroma es energizante.

La menta se desarrolla mejor en climas templados. Es importante colocarla en un sitio resguardado de la luz solar, ya que, en caso contrario, las hojas se quemarán. En cuanto al riego, la planta necesita abundante agua y humedad constante. Sin embargo, nunca debe encharcarse.

Se parece mucho a la Hierbabuena, y su principal diferencia radica en que la menta posee un tallo de color rojizo y la hierbabuena verde.

Uso en la medicina Tradicional:
  • Alivia dolores por reumatismo y neuralgia
  • Antiemético
  • Espasmolítico
  • Promueve el flujo biliar
  • Útil para el insomnio
  • Disminuye las flatulencias


Propiedades de la menta comprobados científicamente:

  • Espasmolítico y carminativo 

  • Efecto contra el virus de la parainfluenza 

  • Antibacteriano; Sthaphiylococus aereus, Pseudomona aeruginosa 

  • Sedante
Preparación para administrar:
  1. RECOGERLA CUANDO ESTA SE ENCUENTRE DE 5 cm 
  2. RECOGERLA DE PREFERENCIA EN LA MAÑANA 
  3. SECARLA AL CALOR
  4. COLECTAR ÚNICAMENTE SUS HOJAS Y ALMACENARLAS EN UN FRASCO EVITANDO LA LUZ SOLAR
Contraindicaciones: 
No administrar a neonatos y menores de 2 años
No administrar en mujeres embarazadas o en período de lactancia
No consumir en exceso peligro de intoxicación
No inhalar
No consumirla con medicamentos como: antiácidos, inhibidores de la bomba de protones, medicamentos de uso psiquiátrico.


Los 10 mandamientos de Steve Jobs para emprendedores

“Los diez mandamientos de Steve Jobs para los emprendedores”… siento son de utilidad para inspirarnos en el duro camino del atreverse a romper esquemas para materializar una idea.


1.- Hacer lo que nos apasiona
La vida es corta, eso lo escuchamos y lo repetimos constantemente, pero es poco lo que en realidad lo aplicamos… ¿Cuántas veces nos hemos sentido “atrapados” en trabajos que no nos aportan nada más que un sueldo (a veces que no da ni para vivir)? Si tienes que pelear contigo mismo cada mañana para levantarte de la cama e ir a la oficina, puede que tengas un problema, y no de pereza precisamente.

“La única forma de hacer bien un trabajo es amando lo que haces. Si todavía no lo has encontrado, sigue buscando. No desesperes. Como en el amor, sabrás cuando lo has encontrado”, decía Jobs en el discurso de Stanford.

Así que si te sorprendes varias veces al día mirando el reloj y contando las horas de salir de la oficina… También estás en problemas. Cuando las cosas nos motivan, cuando nos apasionamos con algo, el tiempo se pasa volando, y trabajar da un gusto y satisfacción tan grandes que son como una gasolina que nos renueva de energía hora tras hora y día tras día.

Entonces, si la vida es tan corta como sabemos que es, ¿vas a desperdiciarla trabajando en algo que no te llena? Todos tenemos que comer y que pagar el lugar donde vivimos, pero mientras tienes que trabajar en algo que no te llena, no dejes de soñar en lo que realmente quieres hacer y cuando lo sepas, cuando tengas clara tu idea, déjalo todo y dedícate a ella: Steve Jobs dejó la Universidad y se dedicó a lo que quería. Mark Zuckerberg hizo lo propio y así un montón de casos.

Atención: No se trata de que los lectores de Fayerwayer dejen los estudios, se trata de que estudien o trabajen en lo que realmente les apasione. Cuando lo tengas claro, pon toda tu energía en alcanzarlo: Lo peor que te puede pasar es que fracases, y tengas que buscar otro trabajo malpagado para pagar las cuentas y las deudas mientras sigues soñando y lo vuelves a intentar. La clave: No perder la ilusión.

2.- Seguir a tu intuición
En el discurso que dio Steve Jobs en la Universidad de Stanford, en junio de 2005, recordó que al dejar la carrera, como ya no tenía que asistir a las clases obligatorias, se decidió a tomar un curso de caligrafía en Reed College, que según dijo ofrecía entonces “la mejor instrucción en caligrafía del país”. Si bien no tenía una utilidad práctica de momento, no le era útil para producir dinero, era algo que le apasionaba… Lo hizo y lo disfrutó.

Diez años después, cuando estaba diseñando el primer ordenador Macintosh, Jobs dijo que “todo tuvo sentido” para él: “Todo lo diseñamos en el Mac. Fue el primer ordenador con una bella tipografía”. Seguir sus instintos le dio un conocimiento que luego aplicó y se convirtió en uno de sus valores diferenciales.

Una clave más para los emprendedores: Haz las cosas que te gustan, aunque de momento no sepas porqué te atraen. No sabes si unas clases de cocina que hoy ves como un hobby, en unos años te darán la clave de tu emprendimiento. Además, en mi particular forma de verlo, las actividades de corte artístico y que estimulen la creatividad siempre deben ser bienvenidas, aunque lo tuyo sea psarte la vida echando códigos. No te cortes las alas: Sigue tu intuición.

3.- Investigar, observar, investigar…
La investigación es fundamental para emprender: Debes aprender del sector en el que te quieres mover, detectar a la competencia y estudiarla, comprender al mercado para poder dirigirte a él de la mejor manera. Si tienes una idea de emprendimiento en mente es fundamental que detectes a la competencia, que la investigues, que veas como hace las cosas, en qué acierta y en qué se equivoca.

Cuentan que a la hora de diseñar los folletos comerciales de Apple, Jobs estudió en detalle el uso que Sony hacía de los tipos de letra, la maquetación y el papel con un peso determinado. Además, cuando llegó el momento de diseñar la caja de cartón para el primer Mac, estuvo paseando por el aparcamiento de Apple fijándose con atención en las carrocerías de los automóviles alemanes e italianos.

“Puedes preguntarle a los clientes qué es lo que quieren y después intentar dárselo. Para cuando lo tengas construído, ellos querrán algo nuevo”, decía Jobs.

La observación es fundamental para los emprendedores: Te da una visión privilegiada del entorno que te permite detectar necesidades de mercado que están adormecidas, que la gente ni siquiera sabe que tiene… He ahí una de las enseñanzas de Jobs: ¿Cuántos necesitábamos iPad? Ahora las tablets son parte fundamental de nuestro equipamiento tecnológico.

4.- Fichar a los mejores
Un tema importantísimo para los emprendedores: La selección de su equipo de trabajo. Jobs siempre se preocupaba por reclutar a los mejores: Contrató al arquitecto Ieoh Ming Pei para que diseñara el logotipo de NeXT y reclutó a Mickey Drexler, de Gap, para que formara parte del consejo de administración de Apple con vistas al lanzamiento de la cadena de tiendas de la compañía.

Este consejo es necesariamente útil cuando comenzamos un emprendimiento, y esto lo digo por experiencia propia: Un emprendedor no puede (ni tiene porqué) saber de todo. Si bien es necesario que conozcamos el mundo en el que nos vamos a meter, sea éste el tecnológico, el de la restauración, o el de los transportes, es prácticamente imposible que dominemos todas las áreas.

He ahí la importancia de hacer asociaciones estratégicas, donde si tu fuerte es la tecnología, busques a alguien que sepa de marketing y ventas, y te ayude a posicionar tu producto o a “pescar” a los clientes, por ejemplo.


5.- Arriesgar por la idea

Cuando estamos emprendiendo y le contamos a nuestros amigos o familiares la idea que tenemos en mente, una de las cosas que suelen preguntar es ¿cuál será el modelo de negocio? o lo que es lo mismo: De dónde sacarás el dinero. Jobs, si bien tuvo éxito en sus proyectos, reflexionaba:

“Ser el hombre más rico en el cementerio no me importa… Ir a la cama por la noche diciendo que hemos hecho algo maravilloso… ESO es lo que me importa”.

Hay negocios que nacen sin saber como se van a rentabilizar, por ejemplo Twitter. Y eso no quiere decir que no sea un emprendimiento exitoso. Si bien lo idea es partir con un modelo de negocio que te permita los ingresos para cubrir los gastos y obtener ganancia, estoy convencida de que si haces lo que realmente te gusta, encontrarás la forma de rentabilizar tus esfuerzos y vivir haciendo lo que te gusta es una ganancia en sí misma, ¿no?

6.- Seducir a tus trabajadores y socios
Al seguir hablando de equipos de trabajo esta parte me pareció muy importante: La diferencia entre “seducir” y “amenazar” a tus compañeros de emprendimiento, sean tus socios o tus empleados, y es que a estos últimos, aunque les pagues por su trabajo, si no logras que se enamoren de tu proyecto no obtendrás el 100% de su capacidad.

Cuentan que Jobs tenía un carisma personal que mantenía motivados a los empleados: Su entusiasmo contagioso fue la razón por la que el personal que diseñó el primer Mac se pasó tres años seguidos trabajando 90 horas a la semana. Cuando un empleado se entrega a un proyecto, el mejor incentivo es verlo culminado con la mayor calidad porque se siente parte de la empresa y por ende, de su éxito.

La verdad no tengo empleados propios, pero cuando he desempeñado puestos de mando en empresas de otros, he vivido en carne propia aquello de que es mejor usar “la zanahoria que el palo”: Siempre vale más motivar que obligar. No entiendo porqué le cuesta tanto a los jefes comprender esto… Espero que cuando tenga mis propios empleados lo recuerde con claridad. Creo que la clave es, como en la vida misma, ponerse siempre en la piel del otro. Así es más fácil tener una perspectiva de las cosas que se piden y cómo se piden.

7.-Mantener una plantilla reducida
En una oportunidad en la que hablaba de los comienzos de Macintosh, Jobs recordó que la plantilla de empleados era de cien personas: Si requería contratar a un trabajador, antes despedía a otro. ¿La razón? Decía que solo podía acordarse de cien nombres, así que manejaba la plantilla en ese número para tener una mejor relación con cada uno de los trabajadores con que contaba.
Obviamente cuando la empresa despegó, el número de trabajadores creció, pero mientras, es una buena idea la de mantener una plantilla limitada: Sin duda da al empresario la posibilidad de tener una relación más cercana con sus empleados, y por ende, hacerlos sentir parte del proyecto, seducirlos con la idea que mueve el negocio, comprometerlos con los resultados.

En el caso de los emprendedores esto es un error común: He conocido casos de quienes se endeudan para contratar personal y crean de la nada una plantilla (y una nómina que pagar) sin que el proyecto aún camine y produzca beneficios para pagar esos costes…
En otros casos, al no tener el presupuesto para contratar, pues se nos ocurre la “brillante idea” de ir por la vida reclutando a amigos y familiares, que sentimos saben más que nosotros de determinadas actividades, les contamos la idea, los entusiasmamos, los enamoramos y los montamos en el barco. ¡Cuidado! Hay que saber apoyarse en quiénes saben más que nosotros, pero en su justa medida: Estas asociaciones pueden acabar con amistades y hacer pelear a las familias.

Considero que se debe formar un equipo mínimo capaz de sacar adelante el proyecto, y ya a medida que veas como funciona, podrás incorporar a los “profesionales de tus sueños”. Ni Google, ni Facebook, ni Twitter nacieron perfectos: Sus diseños, por ejemplo, dejaban mucho que desear, pero sobre la marcha, una vez que despegaron, se han hecho los ajustes que los tienen como hoy los conocemos. Pienso que es cuestión de paciencia y perseverancia. ¿No os parece?

8.-La calidad como religión
Cuentan que en la víspera del lanzamiento del primer iPod, los empleados del staff se pasaron la noche entera sustituyendo las clavijas de los auriculares porque Jobs consideraba que no hacían “click” de la forma precisa y deseable. Mantener un criterio de calidad es fundamental para los emprendedores: No debemos dejarnos llevar por lo fácil, por lo práctico, o por “lo que vende”.

“Ten un criterio de calidad. Algunas personas no lo usan para crear el ambiente de excelencia que se espera”, decía Jobs.

Comprometerse con hacer un trabajo de calidad es fundamental para el desarrollo de una idea: No puedes dejar las cosas a medias, conformarte con “lo que hay”. Aspira a más, pero sin detenerte. No se trata de que tengas que sacar un producto perfecto a la primera, se trata de saber que todo es mejorable. Lograrlo es un punto diferencial sumamente importante.

“La calidad es más importante que la cantidad. Un ‘home run’ es mucho mejor que dos dobles”.

Supongamos que te mueves, como yo en el mundo del marketing y la comunicación: Si bien solemos ver que lo que vende es lo “amarillista” y “sensacionalista”, no podemos conformarnos con darle a la gente más de lo mismo. Hay que evolucionar hacia los mensajes y contenidos de calidad, aunque te lleven más tiempo y esfuerzo, porque esos que a la gente también le interesan. Calidad más allá que la cantidad y que la inmediatez… Tener tiempo para detenerse a pensar es fundamental para poder hacer cosas de calidad.

9.-Aprender del fracaso
Los emprendimientos son complicados y arriesgados: Nadie sabe a ciencia cierta lo que va a pasar, y esa incertidumbre suele darnos miedo. Al algunos incluso los paraliza. La posibilidad del fracaso está a la vuelta de la esquina y sin duda, es una alta probabilidad de que suceda, el secreto está en cómo lo aceptes: Una derrota o una lección.
“Soy la única persona que sabe perder un cuarto de millón de dólares en un año. Es muy constructivo”, decía Jobs.

En el discurso de Stanford, Jobs recordó cuando lo despidieron de Apple, la propia empresa que había fundado. Si bien lo contó como anécdota, destacando que “muchas veces la vida te golpea con un ladrillo en la cabeza”, recuerda que gracias a que lo despidieron pudo conectar con su parte más creativa de nuevo y entonces con la experiencia acumulada en su trayectoria:

“La pesadez de tener éxito fue reemplazada por la iluminación de ser un principiante otra vez. Me liberó y entré en una de las etapas más creativas de mi vida. Durante los siguientes cinco años, fundé una compañia llamada NeXT, otra empresa llamada Pixar, y me enamoré de una asombrosa mujer que se convirtió en mi esposa”.
Jobs no se sentó en una esquina a quejarse de que lo habían despedido. No se conformó con cobrar la ayuda por desempleo (si es que existe en EEUU), ni se quedó pasmado echando curriculums a ver si alguien lo llamaba para ofrecerle un puesto en que ganaría un sueldo para vivir y poco más. Lo volvió a intentar. Buscó de nuevo conectar con lo que le apasionaba y se atrevió a emprender de nuevo… Por algo dicen que esto de emprender es adictivo.

“A veces cuando innovas, cometes errores. Es mejor admitirlos rápidamente, y seguir adelante apostando por tus otras innovaciones”, decía Jobs.

Lo importante: Aprender de los errores y comprender de una vez por todas, que el fracaso es una de las mayores fuentes de aprendizaje.


10.-El momento es ahora
“No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”, dice un refrán popular, muy sabio por cierto. Y es que si bien hablamos de que la vida es corta ¿a qué vamos a esperar? Decía Jobs:
“¿Quieres perder el resto de tu vida vendiendo agua edulcorada o quieres una oportunidad para cambiar el mundo?”

Es importante comprender que las condiciones para emprender nunca serán 100% favorables: El momento perfecto es ahora. Hay que arriesgar e intentar. Después de todo, lo peor que te puede pasar es que debas intentarlo de nuevo… 

¿A qué esperas para emprender?




ALMA LOJANA

El tema "Alma Lojana", es una de las canciones más representativas de la ciudad de Loja, fue escrita por Emiliano Ortega  y es considerada una pieza literaria de gran fuerza lírico – sentimental, este poema fue musicalizado por el compositor Cristóbal Ojeda Dávila.


LETRA: EMILIANO ORTEGA ESPINOZA
MÚSICA: CRISTÓBAL OJEDA DÁVILA

ALMA LOJANA

A ORILLAS DEL ZAMORA TAN BELLO
DE VERDES SAUCEDALES TRANQUILOS
CAMPIÑA DE MI TIERRA RISUEÑA
CASITA DE MIS PADRES, MI AMOR
TRISTEZAS DEL RECUERDO ME MATA
CASITA DE MIS PADRES, MI AMOR
A ORILLAS DEL ZAMORA
COMO TE AÑORA MI CORAZÓN

SINO CRUEL, HOY EN EXTRAÑOS LARES
BOGO EN LOS MARES DE LA AFLICCIÓN
SINO CRUEL, SOBRE LAS RECIAS OLAS
BOGANDO A SOLAS VA MI DOLOR

¡OH DOLOR!, EN DONDE ESTÁ LA MADRE
LA BUENA ANCIANA TODA DULZOR.
OH DOLOR EN DONDE ESTÁ EL ENCANTO
DE AQUEL PRIMERO Y  FERVIENTE AMOR

CUANDO RETORNE LLORANDO DECEPCIONES
EN POS DE UN SENO EN DONDE SOLLOZAR
TAL VEZ LA MUERTE TODO LO HAYA BORRADO
SERES EXTRAÑOS MI LOJA HABITARÁN
SÓLO EL ZAMORA CONMIGO LLORARÁ

TAL VEZ LA MUERTE TODO LO HAYA BORRADO
SERES EXTRAÑOS MI LOJA HABITARÁN
SÓLO EL ZAMORA CONMIGO LLORARÁ

1929



HISTORIA DE LA CANCIÓN

LA MÚSICA: Inicialmente fue creada en el año 1928 (22años) y grabada sin letra (instrumental). Cristóbal Ojeda Dávila compositor quiteño, vivió en Loja entre 1927 y 1930, donde se desempeñó como maestro de baile del Colegio Bernardo Valdivieso y se alojó en la casa del Sr. Luis E. Eguiguren quien comentó el motivo por el que Ojeda fue a vivir a dicha ciudad. "Debido a ese especial espíritu de los artistas de conocer temporalmente un lugar y con mayor razón por la referencia que tenía de algunos amigos residentes en Quito, que Loja era cuna de buenos músicos y que la vida era un tanto bohemia, apacible y tranquila". (de Quito a Loja por entonces, se tardaba más de 20 días en el viaje).

También se dice que en su infancia hubo una tragedia familiar que le acongojó y le llenó de pena, motivo por el que el valorador de su capacidad musical Sixto M. Durán, apoyó la idea del viaje.

Un buen día se encontró el creador Cristóbal Ojeda Dávila con el Dr. José María Bermeo, a quien emocionado le comentó: "He compuesto anoche el pasillo más lindo que quiero ejecutarlo para que lo oigas, su nombre: Alma Lojana".

LA LETRA: El pasillo Alma Lojana tiene dos letras, la primera (Orillas del Zamora tan bellas…) letra regional de Emiliano Ortega y la segunda "Alma lejana" (No importa que te ausentes de mi…) letra posterior comercial del "Paisa" colombiano Libardo Parra Toro.

La más bonita y conocida es del poeta Emiliano Ortega, quien en una de sus últimas entrevistas concedidas al Dr. Adolfo Coronel Illescas, en 1972, nos cuenta cómo nació la letra de Alma lojana: 

"…era el mes de octubre de 1929, como profesor del Normal Manuel J. Calle residía en la quinta 3 de noviembre en Cuenca, tenía como huésped de mi casa a un primo de mi esposa, Pablo Alvarado J., quien una mañana llegó con un disco y me dijo: Voy a poner en la victrola esta maravilla, óigala con atención, porque no me iré de Cuenca si Ud. no me da la letra para hacerla cantar en nuestra Loja. En la noche arrullado por el Tomebamba, en la soledad de mi cuarto, me puse a soñar estudiando motivo por motivo y secuencia por secuencia con el auxilio del disco, el encantador pasillo. La fuerza de un "sino cruel" me tenía lejos de mi ciudad natal. La letra pues no podía ser sino recuerdo, nostalgia, añoranza, saudade suspiro de pena. Vi con mi imaginación, la casita de mis padres, más debajo de la unión de nuestros ríos y en una pequeña elevación, desde donde contemplaba mi niñez las orillas de mi río con sus verdes saucedales tranquilos; y recordé mi casita de adobe y recordaré a mi santa madre y a mi primero y ferviente amor. Así con mi mente en Loja, escribí. A la mañana siguiente entregué mi poema a Pablo Alvarado Jaramillo, puso el disco y fue el primero que lo cantó. Me dio varios abrazos y salió apurado a la ciudad a publicarlo en el diario "El Mercurio", como luego tuvo que viajar a Loja lo publicó en "El Heraldo del Sur" y envió ejemplares a sus amigos de Guayaquil y Quito haciéndole una gran propaganda…."

¡Por qué aquello de "seres extraños mi Loja habitarán" que dice al final de su poema!, pregunta el Dr. Coronel.
El poeta responde: con toda sinceridad le narraré una especie de visión que tuve esa noche. Nuestro Presidente Isidro Ayora - en ese entonces pensaba dar a Loja la tan anhelada salida al mar con la carretera que hoy lleva su nombre, pensé que pronto llegaría el tiempo en que no podríamos decir: "Duerme Loja sin tristes desvelos", pues las vías de comunicación, los aviones tan soñados por mi amigo Lautaro V. Loaiza, librándonos del secular aislamiento, producirán el éxodo de la juventud lojana que iría muy lejos a buscar nuevos horizontes y al contrario llegarían de todas partes nuevos habitantes a mi ciudad…. concluye.
La letra del pasillo fue dedicada al sentimental artista Cristóbal Ojeda Dávila desde las columnas de "El Mercurio" de Cuenca en octubre de 1929.


...

Los Ahorcados

El viejo hospital de Loja se llamaba San Juan de Dios y estaba ubicado en el extremo nor-occidental de la ciudad. Su puerta principal daba  a la calle Imbabura y al terminar los terrenos del hospital el camino se bifurcaba en dos: uno que subía directamente al barrio El Pedestal, y otro que tomaba hacia la derecha y empalmaba con un estrecho sendero que conducía a Borja y Belén, pequeños caseríos localizados en las afueras de la ciudad. Este segundo camino que linderaba los terrenos del Hospital con un inmenso y funesto farallón era conocido como el Camino de los Ahorcados. 

He aquí su historia o mejor dicho la leyenda que dio origen a su nombre. 

La lepra era antes un mal incurable además de contagioso y por este motivo eran perseguidos y reducidos a reclusión en el pabellón del Hospital conocido con el nombre de Aislado todos los enfermos que padecían de ese mal, por lo menos hasta enviarlos al Leprocomio de la  capital de la República. En el Aislado del Hospital los leprosos eran atendidos por médicos que tomaban todas las precauciones para evitar el contagio y a veces sólo recetaban de lejos, aunque no faltaron también abnegados galenos que ofrendaron sus vidas en cumplimiento de tan humanitaria misión. 

En cambio las enfermeras no podían eludir el contacto con los enfermos y frecuentemente eran víctimas del contagio a pesar de las precauciones que tomaban. Por eso resultaba sumamente difícil encontrar personal que quisiera prestar sus servicios en el Aislado del Hospital y solamente circunstancias desesperadas obligaban a ciertas personas a trabajar en ese lugar.

 Tal fue le caso de Luz Marina a quien sus padres echaron del hogar por haber cometido un pecado de amor; y desde el campo donde vivía salió a la ciudad para que en el hospital curasen a su hija de pocos días de nacida que se encontraba al borde de la muerte. La niña fue recibida e internada en el pabellón de niños, pero como la madre no tenía donde hospedarse las Hermanas de la Caridad que en ese entonces regentaban el hospital le propusieron que fuese a trabajar en el Aislado. 

Luz María no tuvo alternativa. Allí se quedó para siempre y su hija a quien bautizó con el nombre de Ana María también se quedó a vivir allí luego de su restablecimiento y más tarde las religiosas le dieron facilidades para que reciba la instrucción primaria y un curso de enfermería que la capacitó para que pueda desempeñarse en el mismo ambiente en el cual había crecido con despreocupación y sin miedo al contagio de los enfermos que vio desfilar a lo largo de su niñez y adolescencia. 

A  los 26 años Ana María era una jovencita alegre y vivaz a quien le gustaba cumplir pronto sus obligaciones para salir a "chivatear" por los terrenos de la parte posterior al edificio tras del cual se extendía una pronunciada colina sembrada de eucaliptos, la misma que remataba en una cima cortada a pico sobre el camino que más tarde empataría con el sendero hacia los caseríos de Borja y Belén. Desde la cima hasta el camino había un altura de por lo menos cincuenta metros y por un estrecho sendero oblicuo sobre el farallón transitaban sólo unos pocos chivos y cabras que se alimentaban con la escasa vegetación que crecía a ese lado del camino. Pero por allí bajaba también Ana María todos los días después del almuerzo, llena de alegría y entusiasmo tanto por el placer de estirar sus ágiles piernas como por la embriaguez que le producía desafiar al peligro. En uno de esos habituales paseos un día se encontró con Luís Felipe, un joven estudiante de Derecho que, con su cuaderno de apuntes bajo el brazo, caminaba lentamente por ese solitario camino revisando la materia del examen que debía rendir al día siguiente.

Los grandes amores sólo necesitan de un chispazo para encenderse y luego inflamarse como un volcán

Eso les ocurrió a Luís Felipe y Ana María. Se vieron y se amaron como predestinados desde toda la eternidad. No necesitaron hablarse de inmediato sino sólo mirarse y sonreírse con infinita ternura para saber que se amarían hasta la muerte. Pero a pesar de la intensidad de sus sentimientos, sus amores fueron castos y puros y duraron mucho tiempo. Así, llevaban ya dos años de conocerse y de amarse reuniéndose todos los días en ese solitario camino que tenía al un costado la montaña y al otro una hermosa vegetación, cuando ocurrió la muerte de doña Luz Marina: la contagió un enfermo de tifoidea que había sido recluido en el Aislado del Hospital y a los pocos día murió pese a los cuidados  que le prodigaron en este lugar en el cual ella había servido  con tanta abnegación durante 18 años. 

Ana María quedó sola pues no conocía a ningún familiar. Pero el amor de Luís Felipe iluminaba su vida y formaba el único mundo en el cual deseaba estar. Por eso anhelaba que él se graduara de abogado, ya que le había prometido hacerla su esposa tan pronto culminara sus estudios y comenzara a trabajar. 

Pero el destino cruel les jugó una mala pasada: un día que después que después del almuerzo, Ana María se arreglaba las uñas junto a la ventana del pequeño cuarto que tenía en el hospital, sintió que una uña se le movía como si estuviera desprendida y al halarla un poquito se desprendió por completo sin causarle ningún dolor. Casi se le paraliza el corazón porque intuyó lo que aquello podía significar. Pero con la esperanza de que estuviese equivocada corrió a consultarlo con el médico de turno del Aislado. No cabía duda. Estaba contagiada de lepra y debía resignarse a vivir recluida como los demás enfermos de ese mal. 

¡No! gritó desesperada y corrió hacia la colina ubicada detrás del hospital. Coronó la cima y bajo corriendo por el peligroso declive deseando íntimamente tropezar y caer para morir. pero su destreza pudo más que su deseo y llegó al camino antes de la hora de la cita, motivo por el cual Luís Felipe aún no había acudido. Buscó en el bolsillo de su blanco delantal de enfermera el lápiz y la libreta de apuntes que siempre guardaba allí para recibir las instrucciones de los médicos y escribió apresuradamente: 

"Perdóname Luís Felipe, por la pena que voy a causarte, pero no puedo recluirme a morir de lepra ni condenarte a ti a mirar este suplicio. Adiós mi amor: te espero en la eternidad. Tuya para siempre: Ana María"

Colocó el papel en el bolsillo de modo que buena parte de él quedara visible y luego tomó varias cabuyas de las muchas que habían en el cerco de pencos contiguo al camino e hizo una fuerte soga con la cual se subió a un árbol de guabo que también estaba a la vera del camino. El un extremo de la soga amarró a una gruesa rama y el otro a su cuello. Luego se arrojó al vacío. 

Cuando Luís Felipe acudió a la diaria cita se extrañó de no encontrar a su amada saltando y brincando con esa natural alegría que siempre la acompañaba. Pero al fijarse en el árbol y ver allí colgado el cuerpo de Ana María, dio un grito y corrió a socorrerla. Mas ya era demasiado tarde. Su primero y único amor la hermosa, tierna y joven mujer que tanto había amado estaba muerta. El mensaje dejado lo confirmaba. Entonces hizo las mismas trenzas de cabuya que ella había confeccionado, las unió entre sí y amarró el un extremo a su cuello y el otro a la rama del árbol de la cual pendía el cuerpo sin vida de su amada. Así encontraron juntos a los dos cadáveres las primeras personas que pasaron por el lugar de los hechos, luego la autoridad que fue llamada apresuradamente y después todo el vecindario de aquella pequeña ciudad que entonces era Loja y que se conmovió hasta las lágrimas por la triste suerte de aquellos jóvenes. 

Desde entonces aquel fue llamado el "Camino de los Ahorcados" y casi nadie se atrevía a transitar por él, especialmente durante las noches pues se decía que a las doce se veía un grácil bulto blanco por el empinado sendero del farallón ubicado detrás del hospital y luego dos fantasmas corrían y jugaban por este camino hasta que asomaban las primeras luces del alba. 

Según la leyenda en que se basa esta narración, las almas de los dos infortunados amantes estaban "penando", es decir no podían descansar en paz porque se habían ido de este mundo sin esperar el llamado de Dios.





El Cura sin Cabeza

En medio de la calma en que vivía la ciudad de Loja en aquella época en que aún no se conocía la luz eléctrica y las pocas callejas quedaban sumidas en la obscuridad a las siete de la noche, comenzó a suscitarse un hecho que aterrorizó a la escasa y recatada población de ese entonces. 
Tan pronto en la iglesia mayor sonaban las doce campanadas que marcaban el filo de la media noche despertando a brujas y fantasmas, sobre el empedrado de la calle Bernardo Valdivieso se escuchaba el ruido producido por los cascos de un caballo que salía a todo galope desde un recodo de la Miguel Riofrío y luego se perdía por las calles periféricas de la ciudad que entonces eran apenas estrechos callejones. 
Las personas que admiradas de la audacia del jinete que se atrevía a salir a esa hora de la noche se asomaban a sus puertas o balcones, sólo atinaban a ver un cuerpo con capa y sotana   de cura pero...!sin cabeza! 
A pesar de la rapidez con la cual cabalgaba el jinete, pero dada la circunstancia de que la escena se repetía diariamente, los curiosos aseguraban que debajo de la sotana habían visto los pies del jinete sobre los estribos e igualmente las manos que sobresalían del negro manto y sujetaban fuertemente las bridas, pero nadie la vio jamás la cabeza porque definitivamente no la tenía. De allí que el "fantasma" fuera bautizado con el nombre de CURA SIN CABEZA y desde entonces no hubo en la ciudad un tema que gozara de mayor popularidad: los hombres muy valientes, por cierto aseguraban haberlo visto frente a frente, mientras que las mujeres se santiguaban cuando oían mencionar su nombre y para los niños no había mejor cosa que nombrar al "cura sin cabeza" para que se portasen bien e hiciesen lo que ordenaban los adultos. 
Se hallaba en su punto culminante este reinado de terror impuesto por el "cura sin cabeza" cuando ocurrió algo inesperado. 
Lo mejor de la sociedad lojana había concurrido a una fiesta que se  dio en un a elegante casa del barrio de San Agustín en donde los convidados comieron, bebieron y bailaron  hasta momentos antes de la media noche, hora en la cual todos procuraron retornar apresuradamente a sus hogares precisamente por temor a un fatídico encuentro con el "cura sin cabeza", del que decíase  que iniciaba su recorrido a esa hora. 
Pero hubo la excepción y  ella estuvo compuesta por un pequeño grupo de jóvenes que habían bebido más de la cuenta y se sintieron muy a tono como para encontrarse e inclusive desafiar al temido "Cura sin cabeza". Se quedaron en la fiesta y siguieron libando hasta que sonaron las doce campanadas de la medianoche y entonces salieron llenos de euforia para darle la cara al fantasma o lo que fuere, ya que estaban resueltos a enfrentarse hasta con el mismo diablo. 
Pero les falló el cálculo del tiempo y cuando llegaron a la esquina de las calles Bernardo Valdivieso y Miguel Riofrío sólo vieron alo extraño jinete que, con su caballo a todo galope, se perdió por el recodo de la calle 10 de Agosto. Más no se dieron por vencidos y mejor fueron a proveerse de lo necesario para esperar el retorno del "cura sin cabeza", pues se comentaba que solía hacerlo cuando comenzaban a disiparse las sombras de la noche. 
Provistos de una buena botella de licor para contrarrestar el frío de la noche y por qué no decirlo también el miedo que les inspiraba su temeraria aventura, los cuatro jóvenes fueron a apostarse a los dos costados de la calle Bernardo Valdivieso, entre Miguel Riofrío y Rocafuerte, y allí clavaron fuertes estacas  entre las cuales templaron una cuerda de tal modo que, cuando llegara el caballo con su jinete, sólo pudiera pasar el primero por debajo y de la cuerda, mientras que el segundo sería derribado por la misma y allí lo atraparían los que para entonces ya estarían bastante borrachos. 
Las primeras horas de la madrugada pasaron con relativa calma y el efecto del licor se traducía en bromas y risas, pero la situación se puso tensa cuando escucharon las campanas que anunciaban las 4 de la mañana y el jinete- fantasma no aparecía por ninguna parte. Estaban a punto de abandonar su temeraria empresa cuando percibieron, a lo lejos, los cascos del caballo sobre el empedrado de la calle. Disimularon su presencia, a pesar de que no hacía falta  debido a la obscuridad de la noche, y esperaron a que llegara el jinete y tropezara con la cuerda. 
Tal como lo habían previsto, llegó el caballo a todo galope y al toparse el jinete con la cuerda, cayó al suelo y sobre él se abalanzaron los jóvenes y lo inmovilizaron a pesar de que estaban temblando por el miedo. 
¡Habla! le ordenaron entonces ¡habla, ya seas de este mundo o del otro! 
¡No me maten! gimió una voz y entonces los jóvenes pudieron comprobar que se trataba de un hombre de carne y hueso. 
Una vez que le quitaron su extraño atuendo: 
Una sotana de cura cosida de tal manera que el cuello le quedaba sobre la cabeza, dejando sólo unos agujeros para los ojos y otros a la altura de las manos, mientras que la capa le cubría hasta los pies, el hombre- fantasma quiso huir,  pero los jóvenes lo sujetaron fuertemente y le prometieron dejarlo marchar solamente después de que le hubiera contado los motivos, las razones y la historia de su extraña actitud. 
Se sentaron. Pues, sobre la acera de la parte posterior del convento de Santo Domingo y allí se descubrió el enigma. 
Juan Fernando era hijo de españoles afincados en Lima, en donde había nacido y educadose con gran esmero, pues su familia disponía de grandes recursos. 
Desde niño tuvo la oportunidad de relacionarse con su prima María Rosa, hija de un hermano de su padre y dadas las circunstancias de que ambos eran hijos únicos, la soledad del uno se esfumaba con la presencia del otro y así aprendieron a amarse y necesitarse hasta el punto de que más tarde les fue imposible vivir separados y al cumplir su mayor edad resolvieron unirse en matrimonio. 
Pero allí surgió el problema porque los padres de ambos jóvenes se opusieron rotundamente por razones de su parentesco carnal y en vista de que inclusive tenían elegidos a los consortes para sus respectivos hijos, aquel matrimonio resultaba imposible desde todo punto de vista.  
Puesta la joven ante la disyuntiva de casarse inmediatamente con un rico pretendiente o entrar en un convento, ella optó por lo segundo, pero sus tercos padres no la dejaron en Lima sino que como castigo la desterraron a un convento de Loja, atenta la circunstancia de que en esta lejana ciudad vivían unos parientes de su madre. 
Al despedirse de su amado, María Rosa le prometió que jamás profesaría y que solamente estaría esperándolo hasta que fuera a rescatarla; él por su parte, juró que así lo haría. 
Poco tiempo después un apuesto joven se presentó en el Convento  de Santo Domingo de la ciudad de Loja solicitando se  lo admita primero como un huésped y después, si las circunstancias lo ameritaban, como un aspirante a  la Orden. En su fuero interno había resuelto su cometido, pero sino lo conseguía, de verdad se convertiría en un Religioso pues en el mundo ya no había otra meta para su vida. Como los documentos que trajo desde Lima eran excelentes, el Superior del Convento lo acogió de buen agrado y hasta comenzó a confiarle pequeñas tareas que lo ayudarían a ambientarse y a sentirse cómodo dentro de su nuevo lugar de residencia. 
¡Qué lejos estaban los religiosos de imaginar que ese joven callado y austero que pasaba todo el día trabajando en el jardín o ayudando en los menesteres de la iglesia, era el mismo que por las noches se escapaba para ir a visitar a su amada que en igual situación se encontraba en otro convento de la ciudad. 

Asimismo los cuatro jóvenes que lograron derribarlo de su caballo y lo tenían inmovilizado exigiéndole que les revelara la verdad, se hallaban bastante lejos de imaginar que ese hombre fuera el mismo que mantenía aterrorizado al vecindario como el supuesto "cura sin cabeza". 
¡Por favor tengan piedad de mí! imploró el joven. Pero ante la imposibilidad de que lo liberasen sin revelar su identidad, comenzó así su extraña historia: 
Soy forastero, vine desde Lima detrás de mi amada que fue desterrada a este lugar y condenada a vivir en un convento para que no se casara conmigo. Como no tenía amigos en esta ciudad, a uno de mis tíos que es fraile dominico en Lima, le pedí que me diera recomendaciones   para hospedarme en el Convento de Santo Domingo de Loja. Conseguido esto, pensé que había culminado la primera parte de mi empresa. 
¿Cuál fue la segunda? le interrogaron con curiosidad los captores. 
Voy a contarles prometió el joven pero por lo menos suéltenme para poder hacerlo con relativa calma. 
Ellos accedieron y el joven continuó: La segunda parte resultó aún más difícil y temeraria pero no había otra manera de cumplirla: como uno de los Padres Dominicos acudía todos los días a celebrar la misa de cinco de la mañana en la iglesia del convento donde se hospeda mi novia, me ofrecí para acompañarlo y servirle de acólito. De esta manera me puse de cuerpo entero ante los ojos de mi amada y así ella ya podía al menos abrigar una esperanza. 
¿Qué hizo entonces? preguntó uno de los curiosos interlocutores. 
Se las ingenió para conseguir  que a ella también le permitieran ayudar en la sacristía, y en un momento de descuido de la Madre sacristana, me pasó un papelito que yo apreté desesperadamente entre mis dedos y solamente pude leerlo en el retiro de mi cuarto  una vez que estuve de vuelta en el convento. 
Allí me decía continuó el joven    que a las doce de la noche me esperaría en la parte posterior del convento, lugar y hora donde yo esperaría su señal. 
¿Salió ella a verte por la puerta de atrás del convento?. 
¡Imposible! Sólo pude escuchar su dulce e inconfundible voz que me decía que me amaba; y con grandes esfuerzos poco a poco hice un pequeño orificio en la pared, por donde ella deslizaba su fina y pálida mano que yo cubría de besos hasta que llegaba la hora de volver a separarnos. 
Pero ¿por qué tenías que disfrazarte de "cura sin cabeza" para acudir a esas citas? 
Porque era la única manera de alejar a los curiosos y tener la seguridad de que nadie nos molestaría. De otro modo habría sido imposible concertar esas peligrosas citas. El temor al fantasma era lo único que podía guardar nuestro secreto. 
¿Y de dónde sacaste el caballo y los atuendos de cura?   
El caballo lo tienen siempre a mono los padres Dominicos para cuando se presenta la necesidad de salir a los campos a confesar algún enfermo grave y pastorea en ese terreno vacío que da a la calle lateral, por donde hay una puerta grande que yo la dejo sin llave para poder salir y entrar sin desmontar del caballo. Lo demás fue fácil hacerlo con unos hábitos viejos que encontré en un baúl del convento y que seguramente pertenecieron a frailes ya fallecidos. 
¡No hay duda de que eres bien osado! comentó uno de los captores. 
No habían alternativas y el amor lo supera todo replicó el limeño. 
¡Termina, termina! dijeron los otros estamos ansiosos por conocer el final y fíjate que ya amanece... 
En todas las entrevistan nocturnas con mi amada planeábamos la fuga para el día siguiente después de la misa de cinco a la que yo concurría infaltablemente como sacristán del padre dominico, pero todos los días había algo que estorbaba nuestro plan y sobre todo ella no se arriesgaba a ponerlo en práctica. 
Así han transcurrido varios meses que han sido para los dos un verdadero infierno de angustia ante el temor a ser descubiertos y esto al fin ha ocurrido ahora truncando nuestro sueño de manera definitiva terminó diciendo el joven con profunda tristeza. 
¡No! contestaron a coro los cuatro jóvenes lojanos que para entonces se encontraban ya repuestos de tremenda borrachera. 
¿No? repitió asombrado el limeño y luego preguntó: ¿No van a entregarme ustedes a las autoridades para que me encierren e la cárcel por lo que he hecho? 
¡No! volvieron a repetir los cuatro y uno de ellos, interpretando el sentimiento  generoso y hospitalario que es proverbial en los lojanos, agregó: 
Te vamos a dar la ultima oportunidad de convertirte en el "cura sin cabeza" para que vayas esta noche a contarle a tu novia lo que ha ocurrido y prevenirla de que si mañana no se fuga contigo, se quedará para siempre en ese convento. Si ambos no aprovechan esta generosidad de nuestra parte, olvídate de que nos hemos visto porque si una noche más de la que te concedemos, te apareces por aquí como el "cura sin cabeza". Irás a parar en la cárcel con caballo y todo! 
Tan hermoso le pareció lo que acababa de escuchar que casi no lo creía. Los abrazó a los cuatro muchachos como a los hermanos que nunca había tenido y corrió a preparar su huída. 
Nunca se supo cómo y cuando lograron escapar los dos jóvenes peruanos, pero después de algún tiempo se recibió en el correo central una extraña postal que armó revuelo en el vecindario porque estaba dirigida: 
"A los buenos amigos que me ayudaron a escapar y a conseguir mi felicidad" 
f. El Cura sin Cabeza 
Desde entonces se tejieron más historias alrededor del "cura sin cabeza", pero el único hecho inequívoco fue que nunca volvió a vérselo en las calles de Loja; y como la postal que se recibió en el correo provenía de Lima, comentábase que seguramente estaría haciendo de las suyas en la vecina República del Perú.




LA INFORMACIÓN TURÍSTICA

La información se distingue de los datos por sus características de utilidad. Un dato describe un hecho o un objeto de una manera objetiva y según unos parámetros aceptados. La información contiene datos que explicados en un contexto tienen una utilidad para poder generar más información, para poder tomar decisiones o incluso, para poder razonar.

La información turística no es diferente de cualquier otra información. Solo se distingue por su utilidad en el entorno de la actividad turística. Así podemos considerar información turística tanto la información de la oferta turística de un destino y de sus precios como aquella que nos explica las tendencias de la demanda. 

Evidentemente lo importante será obtener la información fiable y útil en cada caso, según se necesite para escoger unas vacaciones o bien para preparar los servicios cara a la temporada de verano.

Al igual que ocurre con toda la información, la turística necesita de un emisor, un receptor y un canal. El emisor es la persona o el ente que emite la información. El receptor, por el contrario, es el agente que recibe la información y la procesa para responder o guardarla. El canal es el medio por el cual circula la información.

La información como actividad de naturaleza turística
La información hay que considerarla dentro del sistema de actividades turísticas como una actividad de naturaleza turística, ya que, de una manera u otra, es parte imprescindible del proceso productivo turístico.
Existen dos tipos de información diferenciada:
  • La proporcionada en el origen de la demanda a los turistas, cuyo principal objetivo es atraerlos a un destino determinado.
  • La que se les hace llegar cuando ya están en él, en cuyo caso consiste en proporcionales datos de utilidad para sus acciones e inducirlos a determinados comportamientos que interesan a las empresas y responsables públicos de la zona (como puede ser acudir a un establecimiento o consumir unos servicios concretos).

Información de la oferta turística

La oferta turística la constituyen todos aquellos servicios turísticos que se encuentran disponibles en el destino y que son ofrecidos al turista para su contratación o compra, bien sea directamente por parte del proveedor del servicio a través de una agencia de viajes, y que tienen asociado un precio y unas condiciones de prestación.
Por este motivo, los elementos más importantes de la información de la oferta turística son:
  • Las características del servicio.
  • El precio.
  • Las condiciones de la prestación.
  • El titular de la información.
  • El lugar de la prestación.