LAS TRES CLAVES PARA COLOCAR BIEN LAS CALAS

Las calas se pueden colocar según 3 criterios:

Ajuste antero-posterior:
Esto es adelantar o retrasar la cala. Para llevar a cabo este ajuste, nos pondremos la zapatilla y engancharemos la zapatilla al pedal. Con la biela en 90º y el pie plano, buscaremos la posición del metatarso. El metatarso es el hueso del pie que más sobresale hacia dentro, también conocido como juanete. Mirando desde arriba, tendremos que comprobar que este hueso está por delante del eje del pedal. Unos 5-6 mm para pies pequeños y en torno a 10 mm para pies grandes.


Ajuste lateral: 
Esto es llevar la cala hacia el borde interno o hacia el borde externo. No tiene nada que ver con la rotación. En función de la forma de los tacos de la zapatilla se podrá mover más o menos. Según nuestra forma de pedalear, moveremos las calas hacia el exterior o hacia el interior. Si vemos que nuestras rodillas claramente se van hacia el cuadro cuando pedaleamos, entonces debemos echar las calas hacia el borde externo de la zapatilla con el objetivo de aproximar la zapatilla a la biela. Si por el contrario, nuestras rodillas tienden a irse hacia fuera cuando pedaleamos, tendremos que desplazar la cala hacia el interior de la zapatilla.


Rotación: 
Este ajuste se refiere a la orientación que le podemos dar a la cala: recta, apuntando hacia el cuadro o apuntando hacia fuera. Como los pedales de montaña le dan al pie muchos grados de libertad de movimiento, la gran mayoría de bikers acertarán colocando la cala apuntando hacia el centro de la zapatilla, es decir, sin girarla hacia ningún lado. No obstante, algunas personas necesitarán girar un poco la cala para pedalear más cómodos. El objetivo final que buscamos con este ajuste es que el pie se sitúe en una posición natural cómoda, evitando que el pedal nos obligue a colocar el pie de forma forzada.

Fuente: www.mountainbike.es