EL SEÑOR DE LA BUENA MUERTE

La parroquia de Yangana es reconocida por la imagen del Señor de la Buena Muerte de Yangana, que fue tallada por el famoso escultor Diego de Robles en el año de 1588, el mismo que talló otras imágenes como son la virgen del Cisne, la virgen del Quinche y la virgen de Guápulo entre otras.

La imagen a la que nos referimos pasó por muchos años en Quito venerada en su templo de los jesuitas, hasta que una jornada de trabajo ordenada por el Rey de España debía trasladarse desde Quito, Fernando de la Vega con la imagen hacia Cuxibamba y de allí a Valladolid con la finalidad de incrementar la fe católica a los pocos españoles que comandaban la fundación de las ciudades de Valladolid, Loyola, Logroño y Santiago de las Montañas. En el largo viaje que cumplía Fernando de la Vega, debía de acompañarle Pedro de El Derete, entre otros españoles que formaban un gran grupo de muchos hombres, los que conducían la sagrada imagen. 
En el viaje pasaron por muchísimas penalidades hasta que llegaron a las cercanías del Nudo de Sabanilla, en donde fueron abatidos por un terrible temporal, obligándolos a regresar casi examines. 

Y poder recuperarse de su percance en el pequeño caserío de Yangana donde permanecieron varios meses, tiempo en el cual se evangelizaron los indígenas y se ordenó la construcción de un templo para el culto del crucifijo que llevaban.  

El cacique de Yangana convocó a todas las parcialidades dependientes de esta jurisdicción y les dio a conocer el asunto. Luego se procedió a efectuar la donación de las parcialidades al culto del señor, las mismas que fueron: San José de Suro, Patinuma, Nanaro, Chalaca, Haturrumi, Marcopamba, Comunidades, entre otras y se recolecto de las diferentes parcialidades 17 cabezas de ganado vacuno, 8 caballares y una colecta de dinero que dio la suma de 80 monedas de cuartillos acuñadas en España y que eran válidas en las transacciones comerciales del Nuevo Mundo precisamente entre españoles. 

Con todo esto se inició la construcción de la primera Iglesia que tuvo Yangana, la misma que fue construida en el centro de la población cuya dimensión aproximada era de unos 30 metros de largo, 12 metros de ancho y unos 10 metros de altura, de un estilo eminentemente barroco y delicadamente pintado su interior al fino estilo colonial: este fue el primer templo de veneración que tuvo la sagrada imagen de Yangana. 

Es desde la época colonial y concretamente desde el año 1749 desde su llegada, que se inicia la veneración del “Señor de la Buena Muerte”, cuya imagen constituye una verdadera joya artística de este pueblo y su conservación es sorprendente. 

Está es tan milagrosa que todo devoto que acude a él, encuentra remedio para sus males y solución para sus problemas, por lo que esta imagen y su iglesia es convertida en un santuario de adoración a Cristo. El crucifijo es construido en cedro rosado y su escultura fue realizada por el pintor Luis de Rivera, verdadero genio de este arte. Es de anotar que por ser esta imagen tan milagrosa, los nativos de Vilcabamba en décadas anteriores se la llevaban para celebrar sus festividades, tratando maliciosamente de llevársela y adueñarse de la misma, pero gracias a la devoción, unión y valentía del pueblo de Yangana, defendieron sus derechos patrimoniales que les corresponde.

Fuente: GAD Yangana

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